CELE en el Día Mundial de la Libertad de Prensa: UNESCO mejora su borrador sobre regulación de plataformas, pero se necesitan más esfuerzos en el proceso
El 1 de mayo, UNESCO organizó la segunda consulta presencial sobre sus directrices para la regulación de plataformas. Agustina Del Campo, directora de CELE, participó en las conversaciones en Nueva York. El evento se llevó a cabo como parte de las celebraciones programadas en la sede de las Naciones Unidas para el Día Mundial de la Libertad de Prensa (el 3 de mayo).
La consulta marcó el segundo evento internacional y multiactor liderado por UNESCO para discutir directrices regulatorias concretas para responsabilizar a las empresas por el discurso “dañino”. Según UNESCO, las directrices tienen como objetivo «apoyar a los reguladores, gobiernos, legislaturas y empresas que tratan con contenidos que potencialmente dañan los derechos humanos y la democracia, al tiempo que protegen la libertad de expresión y la disponibilidad de información precisa y confiable».
CELE participó en discusiones preliminares sobre estas directrices, proporcionando comentarios sobre las primeras iteraciones del borrador y presentando comentarios escritos en las dos consultas formales en enero y marzo de 2023, respectivamente. Además, participamos en la Conferencia “Internet para la Confianza” celebrada en París del 21 al 23 de febrero.
Un avance bienvenido
En nuestras presentaciones e intervenciones, enfatizamos la necesidad de discusiones más matizadas y estructuradas sobre conceptos clave contenidos en versiones anteriores de las propuestas que eran demasiado vagas y amplias y, por lo tanto, incompatibles con los estándares internacionales de libertad de expresión. De hecho, este fue el consenso entre los muchos expertos que se reunieron en París, incluidos los relatores actuales y anteriores para la libertad de expresión dentro de los sistemas universales y regionales.
La última versión del borrador de las directrices, publicada el 27 de abril, constituye una mejora significativa en este sentido, ya que se han eliminado o reducido significativamente las menciones a conceptos vagos y demasiado amplios como «contenido que pone en riesgo la democracia» o contenido «dañino» y «tóxico».
En consecuencia, acogemos con satisfacción esta mejora notable y llamamos a UNESCO a seguir defendiendo los estándares de derechos humanos, como el test tripartito, y a considerar las mejores prácticas de derechos humanos como el Plan de Acción de Rabat al discutir conceptos que podrían convertirse en la base de limitaciones a la libertad de expresión.
Aún hay mucho por mejorar
A pesar de los avances mencionados, la propuesta y la conversación en general no dedican suficiente tiempo y energía a abordar importantes aspectos contextuales políticos y sociales esenciales para la calidad del debate público y la democracia. Faltan ahondar en enfoques integrales para fortalecer las instituciones democráticas, fomentar la responsabilidad de los funcionarios públicos, enfatizar su papel en el discurso público, y promover y fortalecer la ética de los medios de comunicación tradicionales. Estos esfuerzos deben articularse con los orientados a mejorar la transparencia y responsabilidad de las plataformas de internet.
Todavía no está claro si las directrices tienen la intención de promover esfuerzos regulatorios estatales o si, por el contrario, proporcionan solo un marco de referencia que los estados deben considerar si deciden regular. Más allá de eso, se debe poner mucha atención a la situación del estado de derecho en los países que tienen la intención de regular plataformas digitales al diseñar recomendaciones. El Relator Especial de la OEA ya planteó esta cuestión en París.
A la luz de estas preocupaciones, CELE sugirió que las directrices podrían incluir una recomendación para que los estados realicen evaluaciones de impacto en derechos humanos sobre las propuestas regulatorias. Tambien afirmamos que deberian realizarse evaluaciones periódicas de su funcionamiento para probar cómo su aplicación impacta (positiva o negativamente) en el goce de los derechos fundamentales.
Además, expertos han sugerido que UNESCO podría someter la versión definitiva de las propias directrices a una evaluación de impacto, para garantizar que no haya impactos negativos no previstos .
Creemos que estas dos son sugerencias valiosas que UNESCO debería considerar seriamente. Al avanzar en este sentido, UNESCO estaría demostrando su compromiso de defender los derechos humanos y garantizar que sus políticas y directrices sean adecuadas para el propósito planteado.
Seguiremos participando en este proceso y los mantendremos informados sobre nuestras intervenciones.