Actividades del CELE en Europa y el estado del debate sobre la DSA
El CELE, representado por su investigador Nicolás Zara, participó durante la última semana de junio del European Rights & Risks: Stakeholder Engagement Forum. Además, Nicolás participó, en julio, de la edición 2024 del Summer Course on European Platform Regulation organizado por el DSA Observatory del Institute for Information Law (IViR) de la facultad de derecho de la Universidad de Ámsterdam.
Riesgos y derechos
Los días 26 y 27 de junio de 2024 se llevó adelante, en la ciudad de Bruselas, el European Rights & Risks: Stakeholder Engagement Forum (en adelante, “el Foro”), co-organizado por la Global Network Initiative (GNI) y el Digital Trust and Safety Partnership (DTSP). El Foro reunió a representantes de grandes plataformas en línea, de la sociedad civil y de la academia de todo el mundo, con el fin de reflexionar y compartir perspectivas acerca del sistema de identificación, análisis, evaluación y mitigación de riesgos sistémicos que surge de los artículos 34 y 35 de la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea (DSA, por sus siglas en inglés). El Foro se llevó adelante bajo la regla de Chatham House y retomó las conversaciones iniciadas en junio del año pasado en el taller “Implementing risk assessments under the Digital Services Act”, también organizado por GNI y DTSP, cuyas conclusiones pueden leerse en este informe.
Los paneles y talleres que conformaron el Foro giraron en torno a los procesos para la elaboración de análisis de riesgos sistémicos, medidas de mitigación de riesgos en contextos de crisis, los límites entre el daño y el contenido ilegal, el meaningful engagement bajo el considerando 90 de la DSA, y la mitigación de riesgos en escenarios de conflicto.
Nicolás integró el panel “Reflecting on the risks and rights landscape in Europe and around the world”, que presentó algunos enfoques críticos al concepto mismo de riesgos sistémicos, al rol de la libertad de expresión bajo el esquema de riesgos de la DSA. El panel problematizó, además, la idea de la exportación de regímenes de regulación de plataformas basados en riesgos a tradiciones jurídicas distintas a la europea.
Una mirada europea a la regulación de Plataformas
Durante la semana del 1 al 5 de julio, Nicolás participó de la segunda edición del Summer Course on European Platform Regulation. El curso tuvo lugar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Ámsterdam y fue organizado y dictado por el DSA Observatory del Institute for Information Law (IViR) de esa universidad.
Se abordó en profundidad el ecosistema de regulación de plataformas europeo desde diversas aristas, tales como la responsabilidad de intermediarios, el enfoque de riesgos sistémicos en la moderación de contenidos, las obligaciones de transparencia, el acceso a datos para investigadores, las plataformas frente a los derechos del consumidor y la regulación comercial de las empresas intermediarias. La cohorte estuvo conformada por investigadores, representantes de la sociedad civil, abogados independientes, trabajadores que forman parte de empresas que comercializan servicios intermediarios de internet e integrantes de los equipos que están a cargo de la implementación de la DSA a nivel local (Coordinadores de Servicios Digitales bajo el artículo 49 de la DSA).
Algunas observaciones sobre el estado actual del debate
La nueva generación de regulaciones de plataformas de internet, que va más allá de las antiguas leyes de responsabilidad de intermediarios para imponer una serie de deberes positivos a las empresas, es una tendencia en franco avance. La DSA es pionera y modelo para legisladores alrededor del mundo que buscan regular el ecosistema digital. De ahí la gran expectativa que existe sobre su éxito, la enorme movilización de la sociedad civil a su alrededor y el extraordinario interés académico que suscita.
En la búsqueda de nuevas formas de lidiar con los efectos sociales de la velocidad, el volumen y la permanencia del contenido que circula en internet más allá de los -limitados- remedios individuales disponibles en las legislaciones previamente existentes, la DSA obliga a lo prestadores de plataformas en línea de muy gran tamaño (VLOPs, por sus siglas en inglés) y a los prestadores de motores de búsqueda en línea de muy gran tamaño (VLOSEs, por sus siglas en inglés) a “detectar, analizar y evaluar” cualquier riesgo sistémico que derive del diseño, funcionamiento o uso que se haga de sus servicios, y a tomar medidas “razonables, proporcionadas y efectivas” para mitigar esos riesgos. Dada la ausencia de una definición legal de “riesgo sistémico” en el texto de la norma –sobre la que advertimos aquí-, la ambigüedad de algunos de los riesgos contenidos en la redacción del artículo 34 de la ley, y la falta de legislación delegada que complete esos vacíos, muchos de los debates del Foro en Bruselas giraron en torno al significado de ese concepto tan trascendente.
A cinco meses de la entrada en vigencia de las obligaciones para las VLOPs y VLOSEs, el concepto de “riesgo sistémico” -fundamental, como hemos visto, en el nuevo esquema de moderación de contenidos de las grandes plataformas en Europa- sigue siendo un significante vacío. Mientras las plataformas preparan su segundo reporte de análisis de riesgos, el silencio de la Comisión Europea al respecto provoca que nadie sepa, a ciencia cierta, cómo debe lucir uno. La publicación de los primeros reportes acerca del análisis y mitigación de riesgos se espera para noviembre de este año, de acuerdo con el artículo 42, inciso 4, de la DSA. Es importante recordar que en las “medidas de mitigación de riesgos” se juega la política de moderación de contenidos de las plataformas. Si bien la Comisión Europea no brinda certezas respecto del significado de los riesgos sistémicos ni de las medidas apropiadas para mitigarlos, la ley impone severas multas económicas ante su incumplimiento. Ello pone a las plataformas en una posición muy comprometida que podría llevarlas a remover más contenido del que desearían ante el temor a ser encontradas en infracción de la norma y sancionadas.
Por ese motivo, y tras algunas extralimitaciones y acciones erráticas llevadas adelante por los funcionarios encargados de la aplicación de la DSA, existe una sensación de mayor incerteza respecto de sus chances de éxito, al tiempo que surgen inquietudes respecto de la posibilidad de que, en las manos incorrectas, pueda ser utilizada para acallar discursos disidentes. Esto contrasta con el clima de optimismo y sana incertidumbre que reinaba al otro lado del Atlántico tan solo unos meses atrás.
Finalmente, cabe destacar que comienza a edificarse cierto consenso en torno a la idea de un “efecto Bruselas” alrededor de la DSA: la idea de que será “exportada” hacia otras latitudes -mediante la mera “copia” de sus disposiciones en las leyes nacionales o en instrumentos internacionales, o bien mediante las acciones de los equipos de trust and safety de las plataformas- comienza a tomar fuerza. La discusión europea es cada vez menos europea y más internacional, y será crucial permanecer alerta a esos desarrollos desde el sur global.