Noticias cruzando el mar #5:
¡Bienvenidos a la quinta entrega de nuestro boletín bimestral sobre la DSA! En esta oportunidad, analizaremos el contexto internacional que nos ha llevado a una situación de gran tensión entre el proyecto regulatorio europeo y sus principales destinatarios: las empresas tecnológicas estadounidenses. Compartiremos también algunos proyectos que nos mantuvieron ocupados estos últimos meses.
¿Qué nos trajo hasta aquí?
La llegada de Henna Virkkunen a la cartera de Tecnologías Digitales de la Comisión Europea fue recibida con optimismo en los círculos de observadores de la DSA. Como parlamentaria europea, la finlandesa había estado muy involucrada en la redacción de la norma, y su perfil más bajo era bien visto luego de los exabruptos de su predecesor en el cargo.
Sin embargo, los sucesos más significativos desde su arribo ocurrieron al otro lado del Atlántico. La asunción de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos de América sacudió el tablero de la regulación tecnológica. Durante su inauguración presidencial en enero de 2025, se pudo ver a los CEOs de grandes empresas tecnológicas (Meta, Google, X, TikTok, Apple, Amazon, entre otras) en el público acompañando al Presidente.
Los exponentes más representativos de esta nueva alianza público-privada (que algunos llamaron techbrocracy) son el sudafricano Elon Musk, accionista mayoritario de X –quien ostenta un cargo de asesor en el gobierno–, y Mark Zuckerberg. Unos días antes de la asunción presidencial, el fundador y CEO de Meta anunció cambios significativos en las políticas de moderación de contenidos y en las operaciones de sus empresas en general, todas sugerentemente alineadas con las políticas del gobierno entrante. Los anuncios, fuertemente criticados por amplios sectores de la Sociedad Civil, incluyeron ataques directos a la “institucionalización de la censura” en Europa (en clara referencia a la DSA) y el apoyo explícito al Presidente Trump, a quien días más tarde le solicitó públicamente, en conversación con Joe Rogan, que protegiera a las empresas estadounidenses del “ataque” europeo –vía multas y regulaciones– a la industria tecnológica de ese país.
La intransigencia trumpista
El Poder Ejecutivo recogió el guante a través del Vicepresidente, J.D. Vance, quien realizó duras declaraciones en la Cumbre Sobre Inteligencia Artificial de París contra “las rigurosas reglas sobre eliminación de contenido y vigilancia sobre la llamada desinformación” impuestas por la DSA sobre compañías estadounidenses, ante la mirada de la Presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen, allí presente. Pocos días después, se pronunció críticamente sobre el estado de la libertad de expresión en Alemania, manifestando que la democracia europea se encuentra amenazada desde adentro, haciendo particular énfasis en el peligro que representa la exclusión de los partidos extremistas para la democracia alemana. Ello provocó una respuesta del Canciller de ese país, Olaf Scholz.
Las hostilidades continuaron con las declaraciones de Brendan Carr, comisionado de la Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense, quien expuso que la DSA es “incompatible tanto con nuestra tradición de libertad de expresión en Estados Unidos como con los compromisos que estas empresas tecnológicas han asumido con la diversidad de opiniones”. La opinión de Carr expone lo verdaderamente novedoso de este momento histórico: la alineación total entre las grandes empresas tecnológicas estadounidenses (que hace no tanto tiempo pedían ser reguladas) y el gobierno de ese país, en contra del proyecto regulatorio europeo. Las empresas agradecieron el apoyo alineándose a las ideas del gobierno en el plano organizacional, sus políticas de moderación de contenidos y otros aspectos.
Finalmente, Jim Jordan, el titular del Comité Judicial de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, escribió una carta a Henna Virkkunen, Comisionada europea de Tecnologías, en la que expresó su preocupación por la forma en que las “cláusulas de censura” de la DSA afectan la libertad de expresión en los Estados Unidos.
Las respuestas desde Europa
Los movimientos tectónicos provocados por la alineación entre las Big Tech y el gobierno federal estadounidense tuvieron sus réplicas al otro lado del Atlántico. En febrero, parlamentarios europeos viajaron a Washington a reunirse con su par estadounidense Jim Jordan en un claro intento de acercar posiciones con el oficialismo de ese país, luego de que el Secretario de Estado Marco Rubio avivara la tensión cancelando una reunión bilateral con la representante para asuntos exteriores de la Comisión Europea.
Por su parte, 39 organizaciones de la sociedad civil europea emitieron una carta abierta a la Presidenta de la Comisión Europea en la que la instan a no capitular ante la presión de Washington y mantenerse firme en la aplicación de la DSA y la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés) a las empresas tecnológicas estadounidenses. Algunos académicos alertaron acerca del peligro que implicaría para Europa “entregar” la aplicación de la DSA en la mesa de negociaciones arancelarias con Estados Unidos.
Las autoridades europeas se han comprometido a continuar con la implementación de su paquete digital. En esta línea, la Comisión aplicó multas millonarias a Meta y Apple bajo la DMA, y se presume que está preparando una importante sanción económica para X bajo la DSA.
Al mismo tiempo, la Comisión está promoviendo una serie de iniciativas para desregular amplios sectores de la economía, en línea con las recomendaciones del Reporte Draghi. La presión por desregular, que algunos entienden viene desde Washington, podría llegar incluso a aligerar obligaciones surgidas del Reglamento General de Datos Personales (GDPR) y de la Ley de Inteligencia Artificial.
Análisis
Es importante no perder de vista que, para muchos analistas, algunos de ellos críticos del estado de la libertad de expresión en Europa, la cruzada “anti-censura” del gobierno estadounidense no es genuina ni consistente con el frágil estado de ese derecho al interior de ese país. Que Meta, considerada por Trump como una “enemiga del Pueblo” hace un año, quiera hoy congraciarse con él, parece menos producto del convencimiento que de la búsqueda de ganancias económicas (o, en el peor de los casos, de la intención de evitar retaliaciones de parte del gobierno).
En suma, la lente más adecuada para analizar las acciones del gobierno de Trump en contra de las regulaciones europeas no es tanto la de la protección de la libertad de expresión como la de la guerra comercial que su gobierno mantiene con el resto del mundo o, llanamente, de los intentos de su administración por silenciar a sus críticos y darle voz a sus aliados internos y externos. En cualquier caso, al final del día, lo que el giro de las Big Tech nos muestra es a empresarios priorizando la maximización de sus beneficios económicos por sobre cualquier otra consideración.
Algunos anuncios relevantes:
Nos complace anunciar la concreción de dos proyectos en los que hemos estado trabajando.
- Ya se encuentra disponible nuestro trabajo más comprensivo sobre la DSA. En nuestro paper “Are Risks the New Rights? The Perils of Risk-based Approaches to Speech Regulation”, discutimos acerca de los orígenes, el potencial y los límites de las aproximaciones basadas en riesgos para la regulación de plataformas digitales. Postulamos que, tal como está plasmado en la DSA, este enfoque va en contra de estándares internacionales en libertad de expresión. Se trata del trabajo que presentamos en diciembre pasado en el Centre for IP and IT Law de KU Leuven. El trabajo será publicado en el próximo número del Journal of Intellectual Property, Information Technology and Electronic Commerce Law (JIPITEC).
- También está disponible nuestro paper “Modelización regulatoria. Palpitando la influencia de la Digital Services Act en América Latina”, que reseña todas las propuestas de regulaciones análogas o basadas en la DSA en la región y ofrece un análisis crítico acerca de la adopción de ese tipo de normativas. Se trata de una lectura ineludible para quienes seguimos la DSA desde estas latitudes.
- Por otro lado, lanzamos el CELE Research Paper Series en SSRN, donde reunimos nuestras investigaciones, informes técnicos y working papers sobre libertad de expresión e Internet en América Latina y el mundo. El repositorio reúne trabajos escritos a lo largo de nuestros más de 15 años de trabajo, en los que hemos desarrollado estudios para informar debates sobre políticas públicas, acceso a la información y derechos digitales, que ahora se encuentran disponibles también en esa plataforma abierta.
¿Qué estamos leyendo?
- Este trabajo de Jacob Van der Kerkhof acerca de las principales dificultades que presenta el sistema de alertadores fiables (trusted flaggers) del Artículo 22 de la DSA, incluyendo el riesgo que presentan para la Libertad de Expresión.
- Este artículo de Daniel Holznagel sobre los “mecanismos de notificación y acción” del Artículo 16 De la DSA.
Muchas gracias por leer hasta aquí, nos reencontramos pronto.
¡Hasta la próxima!